Con motivo del 90 aniversario de la primera Estación de Penitencia de nuestra Hermandad que tuvo lugar el martes 26 de marzo de 1929 reproducimos el artículo de NHDª Ana María Ruiz Copete que se publicó en el último Boletín de la Hermandad de San Esteban:
LA PRIMERA ESTACIÓN DE PENITENCIA
San Esteban logró hacer realidad su sueño de salir en Estación de Penitencia solo tres años después de su fundación. Ello se debió, fundamentalmente, a que el cardenal Ilundáin no autorizaba la salida de ninguna hermandad que en sus filas no llevase dos pasos procesionales. Por ello, muy pronto comienzan a solicitarse y recibirse proyectos para hacer posible esa primera salida. Ya a finales de 1928 la Junta de Gobierno, elegida en el mes de julio anterior, recibe un boceto, hecho por Manuel Galiano, para la composición del Misterio del paso de Cristo y los dibujos de dos pasos que serían tallados en estilo barroco y dorado. Igualmente, la casa Fernández Palacios presentó un proyecto de paso de Cristo, en caoba con incrustaciones de bronce, y misterio con cinco figuras talladas, ambos proyectos debieron ser rechazados debido a su elevado coste.
En el mes de enero de 1929, la Hermandad adquirió un palio de tul de oro bordado a máquina a la Hermandad de Nuestra Señora de Montserrat. Este palio había sido encargado al bordador Juan Bautista Gimeno solo dos años antes[1]. Asimismo, compró los antiguos varales de cobre del paso de Nuestra Señora de la Amargura por un precio de 2.000 pesetas. Estos varales son los mismos que, reformados y enriquecidos en el año 1964, saca actualmente en su paso la Virgen de los Desamparados.
A continuación expondremos cómo fue esa primera salida de la Cofradía, recogiendo los datos que aparecen en las actas de Cabildos de la Hermandad y en los testimonios que nos ha legado la prensa escrita.
Salió la Hermandad de San Esteban en Estación de Penitencia a la Catedral por vez primera en la tarde del Martes Santo, día 26 de marzo de 1929, llevando los nazarenos túnicas de color crema con capa y antifaz azules y adherido a este último el escudo de la corporación.
Una gran parte de los enseres cofradieros utilizados fueron prestados por otras hermandades y por particulares para la ocasión. Desde este primer año se sacaron los dos pasos: en el primero iba la imagen del Señor de la Salud y Buen Viaje sobre unas andas talladas en estilo neogótico que fueron cedidas por la Hermandad de Nuestra Señora de la Estrella de Triana y flanqueado por dos ángeles ceriferarios cedidos por la Hermandad de Nuestra Señora de la Luz; estos ángeles debieron ser retirados al poco tiempo de salir, seguramente por algún problema de sujeción, a juzgar por las fotografías que se conservan de aquella primera salida. Como puede observarse en ellas, en la plaza de Pilatos pueden verse claramente los ángeles mencionados, sin embargo, cuando el Señor está en la plaza de San Leandro, ya los ángeles han desaparecido del paso. Se ha apuntado que, quizás, las fotografías correspondan a años diferentes, sin embargo, ello no es posible por dos motivos; el primero es que la Hermandad ya había adquirido el día 24 de enero de 1930 el paso del Santísimo Cristo de la Expiración de Triana y no tendría sentido salir en un paso prestado cuando se dispone de uno propio; y el segundo, que ese año de 1930 el itinerario hacia la Carrera Oficial fue modificado, discurriendo el recorrido de ida por las calles Caballerizas, Boteros y Cabeza del Rey don Pedro, para llegar a la Alfalfa. Por tanto, la fotografía del paso en la plaza de San Leandro no pudo tomarse ese año.
En el segundo paso, bajo palio, iba la Virgen de los Desamparados. Este paso adolecía de un defecto que chocaría bastante a la vista: el palio era más corto que la parihuela por lo que dejaba detrás una gran visera que debió ser cubierta, para disimular el fallo, por una tanda de jarras de plata que fueron prestadas por el marqués de Villar del Tajo. Estas jarras sustituyeron a los candelabros de cola, que hubieran sido piezas más apropiadas para encubrir el defecto, pero la Hermandad carecía de ellos. También destinados a este paso se estrenaron los respiraderos de estilo neogótico con capillas representando en bajo relieve diferentes escenas de la vida de la Virgen, y que fueron cincelados en metal plateado por Andrés Contreras[2]. Un hecho anecdótico reseñable fue que estos respiraderos llegaron a la iglesia en el último momento, puesto que la cofradía estaba ya saliendo a la calle cuando fueron colocados en el paso[3].
En cuanto al personal contratado para esta primera salida sabemos que portaron los pasos los costaleros de la cuadrilla de José Romero “Romerito” y respecto a las bandas de música, tras el paso del Señor iba la del Regimiento de Intendencia y acompañando a la Virgen, la del maestro Tejera, que siguió siendo contratada por la Hermandad durante más de treinta años.
Para concluir el relato de esta primera salida, que el itinerario que siguió la Cofradía desde su salida hasta su regreso al templo fue el siguiente: San Esteban, Plaza de Pilatos, Caballerizas, Plaza de San Ildefonso, Zamudio, Plaza de San Leandro, Alhóndiga, Almirante Apodaca, Plaza de San Pedro, Imagen, Plaza de la Encarnación, Laraña, Plaza de Villasís, Orfila, Javier Lasso de la Vega, Plaza del Duque, Carrera Oficial, Plaza del Cardenal Lluch (actual Plaza de la Virgen de los Reyes), Mateos Gago, Fabiola, Madre de Dios, San José, Santa María la Blanca, Menéndez y Pelayo y San Esteban.
1] Tras el estreno del palio de Carrasquilla en 1949, este palio fue adquirido por la Hermandad del Santísimo Cristo de las Aguas y Nuestra Señora de los Dolores, de la localidad sevillana de Guadalcanal, popularmente conocida como la Hermandad de las Tres Horas, cobijando a su Dolorosa, al menos, hasta la década de los ochenta del pasado siglo.
[2] Orfebre sevillano (1902-1982) afincado, al final de su vida, en Huelva, ciudad en la que falleció el día 9 de marzo de 1982 según datos proporcionados por Francisco Espinosa de los Monteros Sánchez (Boletín de las Cofradías núm. 612, de febrero de 2010. pág. 128)
[3] Estos respiraderos fueron utilizados por nuestra Hermandad hasta el año 1963 y al año siguiente se estrenarían unos nuevos. Se vendieron a la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Exaltación y María Santísima de la Concepción Coronada de Jerez de la Frontera. Allí permanecieron hasta que en octubre de 1983 fueron vendidos por un precio de 125.000 pesetas a la Antigua y Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, Aguas y Buen Viaje y Nuestra Señora de la Amargura, de Puerto Real (Cádiz) [Francisco Espinosa de los Monteros Sánchez (Boletín de las Cofradías núm. 612, de febrero de 2010.)]