En enero de 1990, la Hermandad debe desplazarse a otro templo a causa de una nueva restauración de su sede. Al ser una obra de gran envergadura, fue necesario mantener la estancia en la vecina parroquia de San Ildefonso, que acogió generosamente a la Hermandad y la vio procesionar durante cuatro Martes Santos, hasta el 19 de noviembre de 1993.