San Juan de Ribera 1532-1611
Arzobispo de Valencia y Patriarca de Antioquía, fue el alma de la restauración espiritual de la diócesis de Valencia al aplicar las directrices del Concilio de Trento.
Nació en Sevilla en 1532. Su padre Pedro Enríquez y Afán de Ribera y Portocarrero, duque de Alcalá y marqués de Tarifa, llegaría a ser virrey de Cataluña y Nápoles. Recibió la tonsura clerical el 23 de marzo de 1544 en la iglesia de San Esteban de Sevilla. Poco después pasó a Salamanca, donde cursó cánones, artes y teología, convirtiéndose en discípulo de Francisco de Vitoria y de otros teólogos que tuvieron un destacado papel en el Concilio de Trento. A propuesta del rey Felipe II el papa Pío IV lo nombró obispo de Badajoz, el 27 de mayo de 1562.
El papa San Pío V, en el consistorio del 30 de abril de 1568, le confirió el título de Patriarca de Antioquía, y dos meses después, a la edad de 36 años, lo promovió al arzobispado de Valencia.
San Juan de Ribera trabajó durante 42 años sin descanso en la diócesis de Valencia aplicando las reformas de Trento en su jurisdicción. No hubo aspecto de las estructuras diocesanas que no fuese objeto de su celo pastoral: Las atenciones al clero, presentándole, a través de sus cartas pastorales y de los Sínodos Diocesanos, la figura ideal del pastor. Manifestó su preocupación por elevar la enseñanza de la teología en la Universidad, necesitada de urgente e intensa reforma. La reforma de las órdenes religiosas, fundando durante su pontificado 33 conventos en la Diócesis.
La formación cristiana de los fieles, a los que frecuentemente les predicaba la Palabra de Dios, y que le llevó a recorrer once veces en Visita Pastoral la amplia geografía diocesana. A todos los medios recurrió para conseguir la conversión de los moriscos, sin poderlo lograr. Finalmente se resolvió el problema mediante el decreto del rey Felipe III, que los expulsaba del suelo español en 1609. Nombrado por el rey Felipe III virrey y capitán general de Valencia (1602-1604), supo llevar con gran acierto este cargo, reprimiendo el bandidaje y la corrupción. San Juan recorrió varias veces la diócesis y entre 1570 y 1610 llevó a cabo 2.715 visitas pastorales, y celebró siete sínodos.
Fundó el Colegio-Seminario del Corpus Christi para la formación del clero y honrar solemne al Santísimo Sacramento, lugar en el que falleció el 6 de enero de 1611. Tuvo amistad con todos los santos que florecieron en aquellos tiempos: San Juan de Ávila, San Luis Bertrán, San Francisco de Borja, San Carlos Borromeo, San Pedro de Alcántara, San Pascual Bailón, San Salvador de Horta, San Alonso Rodríguez, Santa Teresa de Jesús, San Roberto Belarmino, San Lorenzo de Brindis, Beato Nicolás Factor, Beato Andrés Hibernón y Beato Gaspar Bono. Fue canonizado por el Papa Juan XXIII el 12 de junio de 1960. Su fiesta litúrgica tiene lugar el 7 de enero. Es cotitular de la Hermandad desde el 12 de febrero de 1960. Y se le honra anualmente con una Misa Solemne el domingo más próximo al día 7 de enero.